El adelanto electoral en Asturias ha alterado el calendario. Equo Asturias tendrá sus primeras autonómicas el próximo 25-M. Estos días se discutían las coaliciones: ¿acuerdo con IU como habían hecho Los Verdes anteriormente o en solitario?
La asamblea se retransmitió por Internet, se grabó para quienes no pudieron asistir, y se abrió también una votación online para socios y simpatizantes. La tecnología utilizada fue sencilla y efectiva: Justin.tv para la retransmisión, y un Doodle protegido para la votación. Funcionalidades que estarán, ojalá, integradas en un futuro dentro de la Equomunidad. Quienes estamos a 1.500 kilómetros de distancia nos sentimos parte gracias al esfuerzo de nuestros compañeros para que pudiéramos participar.
En las últimas autonómicas y municipales, Los Verdes de Asturias se coaligaron con Izquierda Unida. Como resultado: 2 concejales y 1,5 liberados. En el Gobierno llegaron 2 altos cargos, incluída la política forestal. Poco en términos absolutos, pero un gran avance para una organización modesta que antes no tenía nada.
Un pacto desgasta. Externamente por estar respaldando a fuerzas políticas de las que tienes que desmarcarte cada vez que hacen o dicen algo que no va en tu línea. E internamente por el tiempo dedicado a la gestión del pacto, en especial a pedir continuamente explicaciones por los retrasos en la aplicación de políticas verdes. Tiene también aspectos positivos, como encontrarse con la valía y el discurso de gente como la diputada autonómica Emilia Vázquez, a quien conocí yendo al pueblo praviano de Los Cabos a convencer a la gente de que otra manera tendría que haber para proteger las cosechas que no fuese matar a los jabalíes intrusos a escopetazo limpio.
Creo que lo más positivo es la oportunidad de reivindicarte como verde y buen gestor público. El gran trabajo de Olga Álvarez, concejala de Urbanismo y Medio Ambiente en Mieres (50.000 habitantes) nos sirve de carta de presentación a todos los demás. Ahora tanto ella, como Álvaro Mones, concejal en Ponga, quedan en una situación de cierto desamparo, y creo que Equo debería respaldar su labor.
Al final del recuento, 46 votos sobre 75 fueron contrarios al pacto, cerrando así la etapa autonómica de IU-Verdes, y dando vía libre a la andadura electoral de Equo Asturias.
Y me alegro. Antes del primer pacto, mi propuesta era buscar la vía que nos hiciera crecer como organización. La coalición IU-Verdes nos ha traído experiencia y protagonismo. Pero el número de personas involucradas sólo ha aumentado cuando apareció Equo. Ahora sigo pensando lo mismo: crezcamos como organización. Sigamos creando grupos, y dando a quien quiera la oportunidad de colaborar, conozcámonos entre nosotros, hagámonos más fuertes.
Formamos un partido nuevo en una sociedad necesitada de propuestas novedosas y optimistas. Queremos convencer a los asturianos de que nuestras políticas de creación de empleo verde tienen sentido, más ahora que el tema laboral ha sido maltratado por unos y está siendo vapuleado por otros. Queremos implantar otra forma de hacer política, donde todas las voces cuenten, y un partido ya no sea una jerarquía cerrada sino una red abierta.
Y ahora, queremos superar los resultados históricos del ecologismo político en Asturias. En el año 2000, 8.967 personas votaron verde en el Senado: ese es el techo que Equo Asturias tiene que romper.
EQUO, su filosofía política, no encaja para nada con la forma de caminar políticamente de IU, éste es un partido quemado por la mediocridad de algunos de sus líderes y militantes.