Hay quienes defienden que hacen política de una forma diferente. Hay quienes dice que de qué van las anteriores. Si cada persona tiene una definición propia de “nueva política” es improbable que nos pongamoas de acuerdo.
En esta entrada intento formalizar un poco el concepto, de forma que podamos seguir tirándonos los trastos pero con mayor precisión. Subrayo cuatro ideas que creo que caracterizan lo que es “nueva política”.
Mujeres
Un nabo detrás de otro, por mucho que estén proclamando la revolución, no están haciendo nada nuevo, tan solo perpetuar el modelo en que los hombres somos los que nos encargamos de la res pública. “No hay más vieja política que la hecha sólo por hombres” (Rosa Martinez dixit). Un ejemplo de nueva política son las co-portavocías paritarias, como la de Equo, y la reciente de Ahora en Común.
Streaming
Una reunión a puerta cerrada es más de lo mismo. Difundir una asamblea en streaming, aunque poca gente la aguante entera, es hacer las cosas de una forma diferente, en este caso abierta.
Para que este aspecto funcione no es suficiente transmitir una asamblea: si todo el trabajo se hace en cerrado, habrá quien se queje de que publicar la asamblea es mostrar las cartas, y con razón. Por eso hay que trabajar continuamente en abierto, haciendo uso de los medios de comunicación necesarios en cada momento.
Círculos
Si vamos a una reunión política y nos ponemos todos mirando para la mesa presidencial, no es nueva política. En cambio, sentarnos en círculo, todas al mismo nivel, sí lo es.
Antes de que llegasen los dichosos círculos de Podemos andaba yo pidiendo mover las sillas para crear asambleas circulares en Equo. Pero no espabilamos, nos adelantaron y se apropiaron de un elemento que parcialmente teníamos. Sentarse en círculo es romper las jerarquías, es reforzar al individuo en detrimento del comité central.
Partidos menos protagonistas
Si no está la ciudadanía de forma independiente, no es nueva política. Una candidatura en la que muchos partidos pactan es una coalición más. Sin embargo, un grupo de independientes formando parte y liderando una candidatura que muchos partidos apoyan, es algo diferente y nuevo.
El privilegio de poder hacer política por estar afiliado a un partido va desapareciendo. Igual que en las redes sociales puedes encontrar tu espacio para opinar y organizarte sin necesidad del carnet del partido, en las nuevas organizaciones también.
Si empezaste simpatizando y al cabo de un tiempo te afiliaste, recuerda que esto no va sobre ti, sino sobre los que se siguen acercando aun con recelo como una vez hiciste tu.
¿Qué otros elementos añadirías como definitorios de la “nueva política”?
Una pregunta sobre el punto cuarto: ¿una vez que, por compromiso e ideales, das el paso de participar o apoyar un proyecto político y te afilias en él, ¿pierdes la condición de ciudadano puro e independiente? ¿Dejas de ser participe de la nueva política y pasas a ser, más bien, parte del problema?
Relacionado con lo anterior, otra cuestión: para crear una candidatura “ciudadana” para las generales (quien está en un partido parece que muy “ciudadano” no es) habría que seguir tirando de independientes, pero cuesta encontrarlas porque muchas ya se metieron en su día en EQUO, en Podemos, en las mareas municipales, etc. Quizás pocos ciudadanos “independientes” quedan ya que todavía no se hayan “manchado” en la política. ¿Conseguirá “Ahora en Común” (o el proyecto de confluencia que sea) encontrarlos?
Sólo formas parte del problema si no formas parte de la solución. Se puede ser militante, y querer fomentar la presencia y participación de independientes.
Yo soy militante, y a la vez me considero independiente, pero me resulta complicado “venderme” como tal. No se trata de cómo lo vea yo, se trata de como sea considerado por los votantes.
Creo que quedan aun muchos ciudadanos independientes, y a las cifras de la abstención me remito, que siguen estando en el mismo porcentaje de siempre.