“Aquí está el plan para salvar Twitter: comprémoslo”
Este era el grito de guerra del movimiento #WeAreTwitter, que pretende, ¡desde hace 7 años!, convertirlo en una cooperativa. Ya entonces uno de los principales problemas de Twitter era moderar las amenazas y los discursos de odio. En un texto fundacional para este movimiento, el periodista Nathan Schneider menciona que esta acción sería una oportunidad para que la compañía reflejase mejor los valores de su comunidad de usuarios.
Saltamos al futuro. Acabo de crear una cuenta en Mastodon, dicen que es la alternativa. Es noviembre de 2018. Ya entonces había un movimiento intentando salir de Twitter.
Algo que me molestaba antes de que Musk desembarcase en Twitter era la publicidad. Mi lista de bloqueo está llena de anunciantes. Otro tema muy desagradable era el abuso online. Desde hace unos meses soy suscriptor de Block Party, una herramienta que te ayuda a bloquear trolls masivamente con un par de clicks. Mi única experiencia medianamente viral resultó en recibir insultos de desconocidos por haber expresado una opinión de forma apasionada, que acabé por borrar. Para mi, que soy una persona privilegiada, Twitter no estaba siendo una gran experiencia. Imagina para todas aquellas que se ven acosadas continuamente por razón de sexo, raza, religión.
Octubre 2022. Musk pone todo patas arriba.
Los discursos de odio han aumentado, especialmente contra gays, judíos y negros. La ultraderecha americana le indica qué cuentas prohibir. Se pasa el derecho laboral por el arco del triunfo (en Europa le sale mal, y le obligan a readmitir a gente). Promueve una cultura laboral tóxica (dormir en la oficina). Cierra la oficina de relaciones con la UE, y se gana la advertencia de la Comisión sobre la necesidad de cumplir la normativa europea.
A finales de octubre abrí, de nuevo, cuenta en Mastodon
https://mastodon.online/@rafa_font
Allí las cosas parecen ser más amables, al menos de momento. “Con menor caudal, pero agua limpia”:
Durante este mes de experiencia en Mastodon he ido descubriendo otras cosas.
No hay “algoritmo” que filtre lo que ves en tu timeline. En Mastodon verás todo lo que publica la gente a la que sigues. A diferencia de Twitter, en la que el algoritmo te oculta contenido, porque considera que no te interesa. A cambio te mete contenido de gente a la que no sigues, porque es más popular. He perdido la cuenta de las veces que he cambiado mi timeline a “Latest tweets”, pero el sistema no se acuerda y me vuelve a mostrar “Home”.
El mal rollo está desincentivado. Por ejemplo, en Mastodon no se puede hacer “Citar Tweet”. Si quieres participar en una conversación, lo haces en el hilo original del autor, en vez de llevarla a tu timeline en plan “mirad lo que está diciendo este”. Se pierde cierta flexibilidad, pero se reduce el malrollismo.
Mastodon es un proyecto nacido en Europa. El desarrollador principal, Eugen Rochko, es alemán, y los servidores más conocidos están en Europa. Mastodon es además open-source.
Cómo funciona la Federación. No hay un servidor principal, sino que hay múltiples instancias que se comunican entre sí. No es posible abrirse cuenta en “Mastodon” per se, sino que tienes que elegir una instancia, una comunidad, y abrirla allí (y luego, si quieres, cambiarte). Las políticas de moderación de contenidos dependen de cada instancia.
Mastodon está abierto a terceros. Twitter bloquea las aplicaciones de terceros para tener el control centralizado. Mastodon las incentiva, para descentralizar el control.
¿Qué servidor usar?
Precisamente por el concepto de federación resulta un poco más difícil unirse a Mastodon que a Twitter. La primera pregunta es ¿qué servidor usar?
En mi caso me uní a “mastodon.online” porque me parecía genérico, no conocía bien otros, y el moderador era el creador, Eugen Rochko. En el futuro me gustaría encontrar alguna más nicho y trasladarme allí. Estas son algunas opciones chulas que he visto por ahora:
- Hachyderm.io: Aquí hay profesionales de la industria tecnológica. Lo modera Kris Nova, ingeniera de software y contribuidora habitual de proyectos open-source. Hace sesiones de video online sobre la gestión de la instancia, incluyendo cuando mete la pata.
- Mastodon.green: Tiene una cuota de participación (1.50€ al mes), parte de la cual se dedica a replantar árboles.
- Paquita (paquita.masto.host): Es una instancia autodeclarada feminista, antifascista, antirracista, y LGTBIQ-friendly. Una comunidad activa y comprometida.
- Gruene.social: Los Verdes alemanes han abierto su propio servidor. De nuevo, el partido verde alemán en la vanguardia de la ecología política. ¿Llegaremos algún día nosotras ahí?
- Social.network.europa.eu: La instancia propia de la Unión Europea, para ofrecer alojamiento a su trabajo institucional.
Follow en Mastodon, unfollow en Twitter.
En esta ocasión, Mastodon sí que tiene tracción. Hay contenido suficiente, hay gente suficiente, y se está creando una cultura diferente y más sana que en Twitter. Mi intención es irme desactivando paulatinamente de Twitter. A quien sigo en Mastodon, dejo de seguir en Twitter. Ya no crearé más contenido original en Twitter. Contribuyo por crowdfunding a Mastodon, y al desarrollo de la aplicación Tusky para Android. A ver hasta dónde llego.
Espero que muchos vayan dando el paso, por la razón moral de abandonar un lugar cada vez más tóxico. Sin embargo, esto es fácil para mi, que tengo poco más de mil seguidores. Quienes tienen 10 o 100 veces más (periodistas, comediantes, políticos, influencers en general), se enfrentan a la decisión de abandonar esa audiencia que han ido construyendo poco a poco. Algunos incluso han construido un modelo de negocio alrededor. Este es Kent Beck, ingeniero de software y firmante original del manifiesto Ágil, que tiene 185 mil seguidores en Twitter y 2.500 en Mastodon:
Pero hay gente dando el paso, y por encima de la cantidad, valoran la calidad de las interacciones. Quizá por eso Twitter acabe por sobrevivir como “social media”, y Mastodon obtenga el status de “social network”.
Es todo de momento. ¡Nos vemos al otro lado! https://joinmastodon.org/