Una protesta social que involucre a Coca-Cola ha de tener en cuenta que la compañía lleva años en el punto de mira de muchas críticas sociales y ambientales. No es novedad su interés por expulsar tribus indígenas para hacerse con el control de fuentes de agua. Es uno de los actores principales en la privatización del agua en el mundo, y como multinacional no tiene ningún apego que no sea el maximizar beneficios.
La propuesta es “no consumáis Coca-Cola“. ¿Funcionará cuando hemos dejado que la marca se cuele hasta el fondo de nuestras vidas? Creo que la protesta no tiene solidez cuando se piensa en qué ocurriría si se solucionase el conflicto: ¿saldrían los trabajadores a pedir que se volviese a consumir? Volveríamos al inicio del problema.
Tanto trabajadores como consumidores estamos atrapados en una lógica perversa. Coca-Cola cerrará las fábricas que considere necesarias porque lo manda el mercado, tarde o temprano. Si los trabajadores logran paralizar la producción, distribución y consumo durante el tiempo suficiente también estarán tirando piedras contra su propio tejado, dado que son los elementos que garantizan sus empleos.
Hay soluciones, pero no pasan por un boicot parcial, ni por recuperar los empleos y volver a empezar como si no pasara nada. La solución, en mi opinión, ha de ser a largo plazo y tiene que atacar todos los frentes.
– El del consumidor, ofreciendo una alternativa. El boicot demuestra que la gente tiene interés en buscar otro producto que tenga conciencia social. Un refresco más justo, más ético.
– El del emprendedurismo. Librémonos de la multinacional, sí, pero no nos quedemos en un vacío. ¿Acaso no hay pequeñas empresas y emprendedores dispuestos a ofrecer un refresco de cola local y a contratar a quienes echa Coca-Cola? ¿Podrían autoorganizarse los trabajadores y hacerse con la fábrica que se va a cerrar?
– La solución local. ¿Por qué seguimos empeñados en echarnos en manos de las multinacionales, que no tienen ningún apego a otra cosa que el dinero? Apostemos por empresas pequeñas de aquí con quienes se puede establecer una relación a medio y largo plazo sin la espada de Damocles de la deslocalización.
A mi juicio, protestar para que todo vuelva a ser como antes no nos lleva a ningún sitio. Si queremos cambiar, debemos cambiarlo todo ofreciendo un modelo económico que de cancha los emprendedores, un modelo de producción basado en lo local, y una alternativa al consumidor.
Totalmente de acuerdo, Rafa, pero soy pesimista. Es necesario cambiar el “modo americano” que nos programa día a día a través de los medios. Es necesario “echar” a las multinacionales y reconstruir la clase media a través de medidas fiscales y leyes que “castiguen” a figuras societarias y beneficien a personas físicas. Asturias es dependiente de la gran empresa y así nos va.
Entiendo que es una tarea dificil. Pero si hay gente dispuesta a hacer boicot, es porque la posibilidad de un cambio existe!
Es difícil pero no es imposible si tenemos voluntad!
Me gusta la idea de un producto local, más que la del boicot, porque eso parece algo como de extremistas. Pero en cambio nadie se puede negar a incentivar el producto local. 🙂
Buen artículo!
Toño
Totalmente de acuerdo, pero para eso hay que educar a la gente en todos los ámbitos, la coca loca está muy arraigada socialmente. No hay navidad sin ella, publicidad y demás, nos infectan con ella… es una batalla difícil.. Yo por ejemplo, no sabía lo de las tribus, (otra razón más para no consumirla) y su dinero gastan los de coca loca en aparentar ser una compañía “amiga”… si, me parecen bastante mafiosillos, y no se ni el 5% de la película… Aquí me quedo, con mis esperanzas en suspenso… cambiad el sistema, por favor,,, saludos
Entiendo que no apoyemos la causa de multinacionales que velan por intereses económicos por encima de todo y por usar la globalizacion para apostar por modelos de trabajo de semiesclavitud. Pero ¿Por qué ese buenismo con el pequeño emprendedor y la pequeña empresa? Deberíamos apostar en industria por grandes empresas, que son capaces de invertir en I+D+i, de apostar por RSC y de apostar por procesos de calidad que mejoran los productos, mejoran la calidad de vida de sus trabajadores etc. No debemos caer en una visión simplista en la que la empresa pequeña tiene más conciencia social porque no tiene porque ser así, y no debemos olvidar que la mayor precariedad para el trabajador , donde menos posibilidades de crecimiento, de mejora de sus condiciones de trabajo etc se produce en pequeñas empresas no en grandes. Lo que falta en España es una industria propia potente, que aporte puestos de trabajo, mejore el modelo productivo y mejore los procesos para hacer más y mejor con menos recursos
Yo no creo que debamos apostar por las grandes empresas. Las grandes empresas son aglomeraciones de capital que por definición no tienen más interés que el económico. ¿O hay alguna multinacional “social”?
Por otra parte, una gran empresa pertenecerá probablemente a un grupo inversor, al que no le importe donde esté situada, mientras que las pequeñas empresas pertenecen más habitualmente a gente local, que sí tiene apego por la tierra donde se instalan.
Las pequeñas empresas sí son capaces de invertir en I+D+i. Y cuando haya que afrontar proyectos muy grandes, pueden cooperar entre sí.
La RSC no es suficiente. Es necesario apostar por empresas que tengan dentro de su ADN el ser sostenibles social, ambiental, y económicamente. Eso es “empresa social”, pero no es RSC.
Por mi parte no es “buenismo”, es una opción política el apostar por la pequeña empresa y no por la grande.