Cómo limpiar el Pacífico de plástico

Como candidata a mayor basurero mundial tenemos la Gran Mancha de Basura del Pacífico, el sitio donde van a parar gran parte de los plásticos que usamos y tiramos, quedando atrapados por las corrientes marinas. ¿Es posible limpiar este símbolo de la era del consumismo?

Imaginemos un gran acuerdo internacional, las Naciones Unidas poniendo el dinero necesario para organizar la limpieza. Un contrato público solo accesible a las más grandes empresas… vaya, al final son siempre los mismos los que se acaban quedando con el dinero, incluso cuando se trata de salvar el mundo. ¿Y si fuese algo pequeño y múltiple? En vez de un esfuerzo multinacional dantesco, un proyecto destinado a múltiples pequeños empresarios.

La Isla de Basura es un pozo de residuos… y a la vez un pozo de recursos. Es una mina, de plástico. ¿No se puede recuperar ese plástico y ponerlo de nuevo en el mercado?

North Pacific Gyre World Map es

El plástico es, a grandes trazas, reciclable, y lo que se recoja en alta mar podría ser vendido en el mercado del plástico. La primera gran pregunta es: ¿sería rentable para un patrón de embarcación fletar la suya, instalar los dispositivos de recogida de plástico, traerlos a puerto y revenderlos? ¿Qué volumen de plásticos debería de recoger para amortizar la inversión? Ésta es la primera clave.

El principal problema del reciclaje del plástico es su separación: hay muchos tipos diferentes de plástico que hay que reciclar por separado. El mejor proceso es el manual, identificando el tipo de plástico de cada envase y separándolo. Pero es una tarea lenta, y cara porque hay que contratar a mucha gente (aunque ésto dependería de en qué país se realizase) ¿Se podría automatizar? Por ejemplo triturando todo el plástico y separándolo de forma mecánica, o química. Este es el segundo caballo de batalla de este proyecto, donde una innovación científica puede cambiar las reglas del juego.

Tipos de plásticos (via www.marujasmodernas.es)

¿Cómo limpiar entonces el Pacífico de plástico? Afrontando el problema como una oportunidad para el emprendimiento medioambiental y social, asumiendo que ese plástico son también recursos, dando pie a la entrada de pequeñas empresas, y a través de la innovación tecnológica.

Estos días Llorena compartía en el Facebook de Equo Asturias una sugerencia de la Comisión Europea: pescar envases, y además encontraba un proyecto de un chaval de 19 años de recogida de plásticos en el mar que podría ser viable. ¿Hay o no hay un camino abierto?

Si alguien tiene interés en profundizar en el emprendimiento, le recomiendo el curso gratuito online “Technological Entrepreneurship” del profesor Chuck Eesley de la Universidad de Stanford, que vuelve a comenzar a finales de abril.

Stop descartes, recuperar las poblaciones: así es una política de pesca sostenible

Los problemas de la pesca: sobrepesca y descartes

Por un lado, se pescan tantos peces que no da tiempo a que se reproduzcan, disminuyendo los stocks pesqueros. Por otro, se tiran de nuevo al mar un gran porcentaje de las capturas. Estos son los dos problemas principales de la pesca.

“El 47% de las poblaciones de peces evaluadas en el Atlántico y aproximadamente el 90% de las del Mediterráneo están sobreexplotadas. La sobrepesca ha conducido a una rentabilidad reducida del sector, que presenta una tasa de pérdida de puestos de empleo del 4-5 por ciento anual.”

Así lo explica Miquel Ortega, coordinador político de Ocean2012 en España, una alianza de organizaciones que están realizando el seguimiento de la reforma de la política pesquera común, para asegurar que los océanos tengan peces en abundancia.

“La mitad de los peces que se pescan en el mar del norte se vuelven a arrojar al mar, muertos”

Esta frase es de “Ni un pez por la borda“, campaña dedicada a acabar con los descartes ¿Por qué se descartan? Entre otras cosas porque las artes de pesca no son selectivas, se captura todo lo que hay, y para algunas especies no hay cuota, con lo cual la única opción es tirarlos al mar.

El Parlamento Europeo a favor de la Pesca Sostenible

La última sesión plenaria del Parlamento fue una sorpresa: sus defensores confiaban en una victoria ajustada, pero la mayoría parlamentaria fue muy amplia, 502 a favor, 137 en contra. El resultado: la sobrepesca debería finalizar en 2015, y en 2020 las pesquerías deberían de haberse recuperado. Sobre los descartes, el Parlamento optó por prohibirlos, ni siquiera permitiendo descartar un 5% de las capturas.

No fueron las únicas victorias. Isabella Lövin, eurodiputada verde sueca encargada de Pesca, se felicitaba por haber conseguido más de lo esperado:

  • Los pescadores artesanales y responsables tendrían preferencia en la asignación de cuotas de pesca (gran triunfo para Los Verdes)
  • Cuando los datos científicos indiquen que las pesquerías empeoran, se reducirían las cuotas.
  • En acuacultura se priorizarían las especies no carnívoras, para no tener que alimentarlas con otros peces.
Isabella Löšvin: "Más peces en el mar significa una pesca más rentable para los pescadores, esta situación beneficiará tanto al medio ambiente como a la industria."

Isabella Löšvin: “Más peces en el mar significa una pesca más rentable para los pescadores, esta situación beneficiará tanto al medio ambiente como a la industria.”

Pero el camino no acaba aquí: según el procedimiento legislativo ordinario es ahora el Consejo de la UE, es decir, los gobiernos, quienes han de ponerse de acuerdo con el Parlamento y con la Comisión en un texto definitivo. La batalla bajo el mar continua.

Diferentes posiciones

La web “Vote Watch” permite ver qué han votado los eurodiputados españoles. Los únicos en contra han sido el PP, y la eurodiputada gallega del BNG Ana Miranda (el único voto discordante dentro de Verdes / EFA).

En esta entrevista radiofónica la eurodiputada popular Carmen Fraga y el secretario general de la patronal pesquera Cepesca Javier Garát denuncian que “ha vencido el ecologismo barato”, que “se da prioridad absoluta a las cuestiones medioambientales, dejando de lado las sociales”, y que la Comisaria del ramo, la griega Maria Damanaki, está decidida a llevar esta reforma a cabo porque es “sectaria”.

A partir del minuto 23 habla Miquel Ortega, que está contento con el resultado de la votación:

  • “Recuperar los stocks significa garantizar la pesca en el futuro”
  • “Es especialmente bueno para los pescadores responsables; quien lo va a pasar mal son los pescadores que no actúan de forma responsable.”
  • “El sector pesquero artesanal tiene mucho futuro y el sector industrial responsable también”.

Pesca sostenible

El programa electoral de Equo apoya la pesca sostenible: aquella que permite que la población se pueda recuperar. Algunas de las medidas que se pueden aplicar para conseguirlo son:

  • Acabar con los descartes
  • Favorecer la pesca artesanal: es selectiva, de temporada, y no destruye los fondos marinos.
  • Reconstruir el stock por encima del nivel de sostenibilidad. Raül Romeva es quien desde Los Verdes defiende la pesca sostenible para la Europa Sur, y considera que la única manera de garantizar un estado óptimo de los stocks pesqueros y asegurar por tanto la máxima rentabilidad para los pescadores es reconstruir ese stock.

La batalla europea por la pesca sostenible continúa. ¿Te interesa?

El primer paso para salir de la crisis es reiniciar la democracia

Es posible arreglar esta situación. Pero no podemos confiarles el mando a los mismos partidos, personas e ideas que nos metieron en ella. Para salir del pozo el control ha de volver a la ciudadanía.

La transición dejó a los partidos políticos como el medio principal de expresión política. La gente elegía a sus representantes, que llevarían sus ideas a los únicos lugares donde se hacía política: los parlamentos. Con el paso del tiempo la desafección ha ido creciendo como prueban los índices de participación electoral cada vez más bajos. A los más jóvenes nos cuesta encontrar razones suficientes para renovar el compromiso de nuestros padres: no nos sentimos representados por una Constitución que no nos han dejado votar. Debería de haber un referéndum cada generación.

El sistema de partidos, esa jerarquía, ha creado sus propios monstruos. Quienes se presentan como “la renovación” son políticos a quienes conocemos de toda la vida. Las cúpulas de los partidos han hecho y deshecho a placer amparadas en la confianza ciega de sus afiliados, encantados de formar parte del juego del poder. La corrupción no es una enfermedad puntual: es consecuencia directa de un modelo cerrado, opaco y piramidal. No hay que extirpar a los corruptos de los partidos, sino a los partidos de los corruptos.

El maniqueísmo, “o conmigo o contra mí”, ha sido el pan de cada día en tertulias y debates: adiós a la batalla de las ideas, dentro el enfrentamiento sectario entre dos bandos ignorando al resto. Y hay muchos que no queremos elegir bando, que no queremos participar de su guerra, que no vamos a encajar nuestras ideas en sus moldes.

Como guinda, el tratamiento de las Iniciativas Legislativas Populares, vetando el trabajo ciudadano que las genera sin ni siquiera debatirlas.

En resumen: hay una minoría controlando el sistema, parapetada en él y asumiendo que la voz popular es un ataque a su status quo. Hay un secuestro del sistema democrático.

“Recicla tu voto”, imagen de Joseandrés Guijarro para una campaña de Equo Cuenca (CC BY-NC-SA 2.0)

Reiniciando la democracia, recuperando el poder

En mi opinión esta es la principal lección del fin de la era representativa: hay decisiones demasiado importantes como para dejarlas en manos de los políticos. Necesitamos recuperar el poder democrático para volver a tener el control (si es que alguna vez lo tuvimos realmente).

La tecnología permite hoy recuperar el poder popular e implantar sistemas de democracia directa. No se trata sólo de cambiar la herramienta, aparcar la urna y usar Internet, sino de cambiar todo el paradigma, la manera de hacer las cosas. La democracia representativa es a la era industrial lo que la democracia directa es a la era digital.

Para que el nuevo modelo funcione hay varias condiciones imprescindibles, que además configuran nuevas prioridades:

– Empoderar a las personas. Que aprendamos a usar las herramientas que nos permitan debatir y decidir entre todas y que ganemos la confianza necesaria para hacerlo.

– Una buena organización. Involucrar a la gente, crear buenas herramientas, saber moderar y recoger conclusiones, agilizar los debates, tener tiempo para hacerlo.

– Asumir el cierre de la Brecha Digital como una prioridad para que este modelo sea accesible a toda la población.

Bajo el nuevo paradigma las organizaciones que quieren intervenir en política han de reinventarse. Un partido no tiene el monopolio de las propuestas, sino que va a ser cada vez más correa de transmisión de otras ideas desarrolladas en la calle y en la red. El partido de “cúpula pequeña y seguidores fieles” dejará paso al “partido-red”, donde lo que se valora no es la adhesión inquebrantable sino poner las neuronas al servicio de las causas.

No ocurrirá de la noche a la mañana, porque implica también un cambio cultural. Pero apunta en la dirección adecuada, y permitirá que lo que se construya sobre este modelo sea sostenible porque hace copartícipe a la gente de su elaboración. El manifiesto “Reiniciar la democracia para salir de la crisis” propone los pasos necesarios para hacer este reinicio realidad.

Recuperemos el poder.

Démonos Ciencia y movamos el mundo

No he visto un tiro en el pié tan clamoroso como los recortes en Ciencia e Investigación en España.

Podemos bajar nuestros sueldos para competir con China, admitir que se destrocen nuestros valores naturales para que se instalen empresas contaminantes, o darles todo nuestro dinero a los bancos para que nos sigan hipotecando y deshauciando. De esas 3 maneras, a nivel “macro”, la economía se podría reactivar, a costa de echar por tierra muchos progresos y hundirnos de paso la moral.

O podemos buscar un cambio de modelo productivo, ser capaces de alcanzar la independencia energética, desarrollar productos que se diferencien por tener más calidad, ser más eficientes usando los recursos naturales. Podemos basar nuestro futuro en aprender más, en conocer mejor, en investigar y en innovar: esas son las vías que nos sacarán del agujero. Con la política actual, retirando dinero de educación y ciencia para pagar las deudas del ladrillo, estamos en vía muerta, en manos de ignorantes.

Investigar equivale a saber más. Innovar es utilizar ese nuevo conocimiento para construir mejores herramientas. Quienes se dedican a esto no pueden hacerlo sólo por amor al arte (o a la ciencia), sino que tienen que tener el apoyo de una sociedad que entienda que su labor pavimenta el futuro. Y ese apoyo social incluye sueldos dignos y competitivos para quienes investigan.

A la vez, la ciencia puede mejorar su impacto y apoyo comunicándose más y mejor con la sociedad. Puede hacernos entender lo útil del colisionador de hadrones del CERN, puede explicarnos qué se hace en la estación espacial internacional. Puede hacerlo para que lo entendamos todas, con más o menos formación, porque en la sociedad-red y en la democracia participativa todas vamos a votar sobre el presupuesto dedicado a ciencia. Sería útil también una reflexión sobre su método de publicación,  ya que el “peer review” otrora pionero se ha quedado desfasado en la época del P2P. Y buscar mecanismos mejores que el sistema de patentes, que acaba por bloquear la innovación en vez de fomentarla.

Un gobierno tiene que tomar decisiones con fundamento científico, con base en datos reales y no en supercherías o presiones. Cuánto mejor nos iría con una política energética basada en los datos existentes sobre Cambio Climático, por ejemplo. Un organismo europeo que reconoce esta misión es el Centro Común de Investigación de la UE (Joint Research Centre), en el que tuve oportunidad de trabajar durante 2 años, que pretende “proporcionar a las políticas europeas el apoyo técnico, científico, basado en las evidencias e independiente durante todo el desarrollo de las mismas”.

Una veintena de integrantes de Equo estamos promoviendo la creación de un Grupo de Trabajo que se encargue de hablar sobre Ciencia e Investigación, y de proporcionar el punto de vista verde al respecto. Entre los promotores hay investigadores, estudiantes de doctorado, y otros interesados sin relación directa con la ciencia. Cada uno tiene múltiples razones para sacar este grupo adelante, y yo he puesto aquí las mías.

Si tu también estás interesada, puedes rellenar este formulario con tus datos y una breve presentación, y colaborar en sacar adelante el grupo de trabajo sobre Ciencia e Investigación en Equo.

Lo que es común lo decidimos en común

De primeras parece obvio: lo de que es de todas lo gestionamos todas juntas. Pero creo que no lo estamos practicando bien. En ocasiones decidimos cosas comunes por separado y probablemente no nos demos ni cuenta.

Un suponer: acudo a la asamblea de Equo Asturias con otras 60 personas para hablar de política energética. Decidimos que el déficit tarifario debe desaparecer paulatinamente en 5 años. 2 compañeras muy implicadas en el sector nos explican que esta medida beneficiaría a las renovables. Al día siguiente salimos en prensa con la propuesta y nos felicitan, por ser valientes.

Al mismo tiempo, la gente de Equo en Zamora discute el mismo tema. Son 30 personas, sin expertos en energía, pero con sensibilidad ante las dificultades económicas de las familias frente los crecientes precios de la electricidad. Creen que hay que mantener el precio bajo por encima de todo, pese al déficit. Sacan una nota de prensa y les felicitan, por ser sensibles.

Situación: 2 asambleas de Equo con 2 posicionamientos válidos, apoyados por su entorno, pero opuestos. Y si hay más asambleas y características locales diferentes, más posicionamientos habrá. ¿Hasta aquí parece todo normal?

El error: fijar un ámbito de decisión inapropiado

En mi opinión el error está en posicionarse sobre un tema estatal en una asamblea territorial. Si el tema (la política energética estatal) nos concierne a todas, el ámbito de decisión debería de ser todo Equo en conjunto, y no cada asamblea de forma parcial. Si el debate fuese sobre política energética territorial, entonces sí, estaríamos en el ámbito adecuado.

El funcionamiento parcial nos aboca a la democracia representativa. Armonizar múltiples opiniones territoriales para así encontrar la opinión estatal requiere nombrar representantes y negociaciones entre ellos. La decisión ya no se tomará en base a los expertos en energía o a la preocupación por la economía familiar, sino en base al peso relativo de cada territorio: tantos afiliados tenemos, tanto pesan nuestros argumentos.

El caso presentado sobre política energética es ficticio, pero ya se han dado otros ejemplos análogos:

  • Equo territorial de la comunidad X pide al gobierno estatal soluciones para la crisis de vivienda. ¿No debería de hacerlo Equo estatal?
  • Equo en la comunidad Y opina a favor de sumarse a una convocatoria de Huelga General. ¿Podría darse el caso de que unas asambleas apoyasen y otras no?
  • Equo de la provincia Z se suma a una Plataforma contra la crisis que agrupa a varios colectivos de la provincia. Esta Plataforma decide mantener su autonomía con respecto a otras Plataformas similares en otras provincias. ¿Para poder tener su propia opinión sobre temas estatales?

La alternativa: una estructura horizontal estatal

Equo ya tiene herramientas funcionando que solucionan esta situación, que proporcionan una solución más horizontal, con menos intermediarios, y promueven la participación de toda aquella persona que lo desee.

En el ejemplo presentado sería el grupo de trabajo de Energía, de carácter estatal, el encargado de discutir el tema y ofrecer un posicionamiento. En este grupo estarían todos los interesados en Energía de todos los territorios, así como todos los expertos, independientemente del territorio al que pertenezcan.

Es importante que todos los territorios estén bien representados en los grupos. Probablemente al hablar de política pesquera se escuchará más a la gente de Galicia, en los asuntos mineros a la de Asturias y otros territorios mineros, en política de paz a la gente de Euskadi. Pero la óptica y la lógica del debate son estatales, y no territoriales. No es un “qué hay de lo mío”, sino un “qué hay de lo nuestro”.

La autonomía de los territorios

Este planteamiento tiene un corolario interesante. Si lo que nos concierne a todos lo decidimos entre todos, cuando hablamos de política energética en Asturias, ¿quien decide? Pues Equo Asturias, de forma independiente.

Es decir, es un modelo que favorece una independencia muy alta de las asambleas territoriales en su ámbito. La política energética de apoyo a la energía eólica la decidimos a nivel estatal. Ahora, si la cuestión es que se instale otro parque eólico en plena sierra del Sueve y urbanizar de paso medio monte, pues será en Asturias donde decidiremos si estamos de acuerdo o no.

Este modelo choca con ideas aprendidas

Nuestra asamblea territorial no debería de tener opinión sobre todos los ámbitos. Esta frase choca con ideas que he aprendido: me obliga a desaprender algunas. ¿Cómo es posible coartar la capacidad de opinión de una asamblea? ¡Deberíamos de poder opinar de todo!

Si choca con lo que tengo en mente es porque considero que mi asamblea territorial es mi única vía de opinión decisión ¡no puedo cortarla! Pero tengo que darme cuenta de que los grupos de trabajo estatales me abren precisamente más vías de opinión decisión, y las colocan en el ámbito adecuado (el estatal) y con los compañeros de debate adecuados (todos los interesados por la política energética de Equo).

Se limita por tanto el ámbito de opinión decisión de la asamblea territorial, pero se mejoran las posibilidades de opinión decisión de las personas individuales:

  • Quiero tomar una decisión sobre la política asturiana: voy a Equo Asturias
  • Quiero tomar una decisión estatal sobre política energética: voy al grupo estatal de Energía
  • Quiero tomar una decisión sobre política energética en Asturias: voy al grupo territorial sobre Energía, si existe.

El resultado es una mejor organización y mayor eficiencia a la hora de canalizar opiniones y tomar decisiones en conjunto.

Llevar la discusión a un grupo temático hace que el debate se base en los aspectos concretos. Si se mantuviese dentro de un grupo territorial, el debate estaría más centrado en la dinámica inter-territorial. Por tanto, delimitar los ámbitos de actuación de las asambleas ayuda a construir una organización basada en las personas.

¡Mueve las sillas!

Todas las asignaturas que cursé en la Universidad fueron iguales, menos una.

Acabando ya mi periplo académico, escogí una asignatura de libre configuración con una temática especial: la relación entre la cooperación al desarrollo y la tecnología. Era una Escuela de Ingeniería donde habitaban (y todavía lo hacen) algunos soñadores sin fronteras. Pero no fue esa la diferencia.

En la mayor parte de las asignaturas el papel del alumno era pasivo: sentarse en el sitio más discreto, escuchar durante una hora, tomar apuntes, perder el hilo de la explicación, pedirle los apuntes a un compañero, eventualmente dejar de acudir a las clases por sentirlas inútiles, y en el caso de las asignaturas de matemáticas buscar una buena clase particular. El modelo era: uno habla, 150 escuchan, las interacciones profesor-alumnado reducidas al mínimo, y las “alumnado-alumnado” materia de ficción.

En las reuniones políticas verdes veo repetida demasiadas veces la misma colocación: un grupo pequeño de personas enfrente, y un gran número de oyentes que mira hacia ellos. A veces, una reunión así se llama Asamblea, pero los participantes, que en teoría deberían de dirigirse los unos a los otros, se acaban por dirigir a la tribuna. Algunas conferencias así configuradas tienen el cuajo de llamarse “Mesas Redondas”. ¿Redondas? ¡JA!

mesa_no_redonda

Ejemplo de “mesa redonda” no redonda

Cuántas veces, incluso bajo el discurso de la horizontalidad en el que todas somos iguales, acabamos por dejarnos llevar por los límites existentes sin darnos cuenta. En este caso, limitadas por la arquitectura, porque ¿alguien vio algún “asambleódromo” que no fuese así? Lo tenemos tan en la cabeza que hasta las parodias de grupos políticos con la vitola de asamblearios se hacen con ese formato.

asamblea_de_nucas

Vine a la asamblea a veros las caras y sólo veo nucas.

Haz algo grande: mueve una silla.

Eso fue lo que hizo diferente mi asignatura de las demás: movimos las sillas. Las movimos y dejamos de mirar al profesor para mirarnos a nosotros. Jorge Coque, nuestro docente, se quitó el sombrero de “enseñante depositario del conocimiento” para sentarse con nosotras en círculo a ser facilitador de nuestro aprendizaje. Se acabó el ir a clase a pasar el rato. Comenzaron las interacciones entre compañeros, algo que la geometría anterior no facilitaba.

Hasta la fecha ha habido muchas reuniones de Equo con el mismo formato que mis vetustas clases universitarias, encastradas en una arquitectura igualmente vetusta. Me encantaría ver una asamblea circular. Me gustaría lanzar el premio a la Asamblea Circular de Equo 2013 a quienes se atrevan a reconfigurar los asientos, y a dejar que la nueva forma de verse las caras guíe las interacciones. Sería ilusionante ver fotos de esas reuniones circulares, y conocer qué sienten quienes las realizan al pasar a dirigirse al conjunto de sus compañeras.

Con 10 personas es fácil hacerlo. Pero lo grande sería hacerlo con 30, con 50. ¿Se atreverá la Mesa Federal con un centenar? Ver una Asamblea de 300 personas configurada así sería fantástico. ¿Creemos en Equo que la configuración en semicírculo de los Parlamentos es la correcta, o más bien demoleríamos el hemiciclo y construiríamos varios círculos concéntricos en su lugar?

Consejo de Seguridad de la ONU: raro ejemplo de arquitectura circular

Consejo de Seguridad de la ONU: raro ejemplo de arquitectura circular para reuniones “redondas”

Quede convocado entonces este premio simbólico “Asamblea Circular de Equo 2013“. Quienes hagan este cambio a la vez pequeño y relevante verán cómo merece la pena. ¡Enviadme las fotos!

Maria Novo: Recuperar el tiempo, cooperar, vivir mejor con menos

Nos manifestamos pacíficamente y nos llevamos palos de quienes deberían defendernos. Pagamos impuestos y nos reducen la cobertura sanitaria para salvarle la cara al banquero especulador. No hay dinero para investigación pero sí para coches oficiales. El poder político se alía con el financiero montando un sistema controlado, unos años por unos, otros por otros. Las empresas de comunicación, parte del sistema, te atiborran con declaraciones vacías de los “líderes”, mientras el juego político está vetado al ciudadano de a pie.

Mientras las estructuras políticas se maltratan a sí mismas, la ciudadanía en ocasiones las olvida y se centra en hacer bien su trabajo, cuidar a sus hijos… aportar su parte, aunque haya que mirar para otro lado. Pero aunque una persona pase de la política, la política no pasa de ella, y al final la irresponsabilidad de los gestores te acaba por tocar: un día tocan su salario o tu empleo, otro el transporte público, al siguiente la cooperación al desarrollo.

Hay razones para el pesimismo. Y con el pesimismo a cuestas, no vamos a ningún sitio, no deja de ser una mochila pesada, una profecía autocumplida. Necesitamos plantearnos con optimismo el futuro, sabiendo qué se ha hecho mal y no conviene repetir, y apostando por cambios que funcionan.

Para indagar en ese optimismo y valorar cómo salimos de ésta, entrevisto a María Novo. La escuché por primera vez en la III UniVerde en Madrid, y sus ideas sobre las relaciones humanas me parecieron muy actuales. A ideas que yo llego gracias a la interacción de personas y tecnología, María Novo ya había llegado hacia tiempo desde la sostenibilidad, y defiende también que el mundo está cambiando.

María Novo. Foto de UNED bajo Creative Commons.

– Si nos ponemos el sombrero pesimista, vemos que las cosas se siguen complicando. Las fórmulas conocidas nos fallan, y quizá las soluciones vengan de sitios que aún no conocemos. Si nos quedamos en casa nos llevamos palos del gobierno, y si salimos a la calle, es la policía quien reparte ¿Cómo podemos, como personas, prepararnos para este presente y futuro inciertos?

Creo que es esencial aprender a vivir mejor con menos, y también restaurar las relaciones comunitarias (pueblo, barrio, amigos…) que se están deteriorando debido a la enorme cantidad de horas que el sistema obliga a trabajar a las personas. Nos han querido engañar con la supuesta magnificencia de lo grande, lo lejano, lo rápido, y ahora descubrimos que la verdadera calidad de vida se mueve en torno a lo pequeño, lo próximo y lo lento. La lentitud es indispensable para mirar a los otros a los ojos, para escuchar, para disfrutar de una puesta de sol y de todos los intangibles que están ahí sin que haya que pagar por ellos. Pero también es necesario redescubrir la calidad de vida en lo próximo: en el pueblo, el barrio, los entornos en los que podemos establecer verdaderos vínculos humanos. Y, por supuesto, si la opción por las grandes fusiones bancarias, por los holdings financieros, por todo lo grande, se ha mostrado una opción más que peligrosa, no estaría de más intentar encontrar “el tamaño óptimo” en cada caso, recuperar unas magnitudes a escala humana en lo que hacemos, en los ámbitos en los que nos movemos. No podemos rechazar fenómenos como la globalización, están ahí y tienen su cara positiva, pero creo que a los aspectos más duros de un mundo globalizado (multinacionales que no ven a sus empleados y no tienen alma; productos que van y vienen con enorme coste energético de un lugar a otro; entramados financieros de difícil control…), a esos aspectos más duros hay que contraponerles un mundo con alma, en el que volvamos a mirarnos a los ojos, en el que el centro de nuestra existencia sea la vida y no el mercado.

– Pedimos más democracia, pedimos ser más partícipes de las decisiones. Pero eso nos exigirá más tiempo. Casi mejor elegir a quien nos represente y que se dediquen a eso, ¿no? ¿Una democracia representativa es todo lo que podemos conseguir? ¿Por donde puede comenzar la ciudadanía a recuperar el poder público hoy perdido?

Creo que lo esencial es no perder el sentido verdadero de la vida, saber dónde están nuestras raíces, que es en la naturaleza y en la convivencia con los otros. Somos seres dependientes, estamos al final de una red trófica que, si se rompe, dificultará o imposibilitará nuestra existencia. Pero eso se nos olvida. Volver los ojos a la naturaleza, aprender de ella, aprender de la cooperación, que es el gran motor de la vida. Cada vez que cooperamos, allí donde lo hacemos, estamos copiando esa fuerza oculta que ha permitido que la vida salga adelante una y otra vez, pese a las dificultades. Creo que una democracia representativa es, hoy en día, una demanda de cortos vuelos. Ha llegado el momento de la democracia participativa, de que la gente tome la palabra. En mi opinión, en España lo estamos haciendo muy bien los grupos sociales y la ciudadanía, estamos dando una lección de civismo pero de capacidad para decir “no” a un sistema que nos quiere convertir en súbditos en lugar de ciudadanos.

– Queremos empleo. Pero cuando lo pedimos, nos encontramos viendo peticiones a grandes fábricas para que se instalen. Y sabemos que esas fábricas no tienen corazón, se van a ir en cuanto no tengan beneficios. ¿Estamos condenados a tener que tener empresas grandes para tener empleo?

Creo que el modelo de las grandes empresas no es el dominante en nuestro país, donde las PYMES generan la mayoría del empleo. Nuestra experiencia mediterránea nos ayuda a ser creativos y a confiar en la creatividad de nuestros emprendedores. Pero hay que “despejar” el panorama de dificultades burocráticas con que se encuentran. Y necesitamos influir en la política para recuperar los derechos sociales que se han perdido en el último año. Pero, dicho esto, hay algo que nadie quiere decir y que no queda más remedio que recordar: en un mundo altamente tecnificado, donde una máquina hace hoy el trabajo que antes hacían 100 o 200 trabajadores, no hay empleo para todos si se mantienen las mismas jornadas laborales de 8 horas. Esto ya lo intuyó Paul Lafargue, que propuganaba jornadas cortas en su tiempo. Hace 30 años, en 1982, ya presenté una ponencia a un congreso internacional proponiendo el reparto del empleo como “un bien escaso”. No sucedería nada grave (sólo que los empresarios ganarían algo menos) si estableciésemos jornadas laborales de 5 horas, en turnos alternativos de mañana o de tarde. Esta medida permitiría que, en las familias, se pudiesen alternar los horarios de los padres para que los hijos no estuviesen solos, algo que nuestra sociedad necesita con urgencia. También se duplicarían las posibilidades de empleo y, al mismo tiempo, todo ello haría más felices a las personas y a las familias… El beneficio social sería inmenso, sólo quedarían mermados los grandes beneficios de las corporaciones transnacionales o de las empresas. Además, está demostrado que en 5 horas continuadas, con un pequeño descanso intermedio, se puede rendir todo lo que un ser humano puede dar de sí creativamente en un día. El resto del tiempo trabajado es, muchas veces, tiempo de baja calidad productiva y creativa. Además, este sistema beneficiaría mucho a las familias, que están sufriendo una gran dislocación por los larguísimos horarios de trabajo de los padres y la consiguiente soledad de los niños.

Otra solución complementaria es adoptar la renta básica de ciudadanía, para que nadie que pierda su empleo se vea en situación de indigencia. Pero este es un tema muy complejo sobre el que habría que hablar despacio…, porque se presta a muchos malos entendidos. El Pais Vasco tiene algo que se asemeja mucho y está funcionando estupendamente, al menos hasta que yo he tenido noticias.

– Hemos vivido atrapados por la rueda del consumo. Empleamos nuestro tiempo en trabajar para ganar dinero, para gastarlo comprando y creando demanda para crear empleo… ahora este modelo entra en crisis. ¿Tenía sentido? ¿Qué alternativas tenemos?

Ante una crisis no vale lamentarse solamente sino que hay que preguntarse qué hemos hecho mal. Este país vivió por encima de sus posibilidades, y el modelo consumista está dando sus últimos pasos, porque, entre otras cosas, el planeta no lo resiste y ya da muestras de que se rebela contra las políticas puramente extractivistas y consumistas. Lo que nos pierde es la ceguera y la torpeza de una gran mayoría de la clase política nacional e internacional, pues es obvio que hay que darle la vuelta al modelo. La alternativa, se ha dicho hasta la saciedad, es aprender a vivir mejor con menos, la esencia del desarrollo sostenible. Y rescatar nuestro tiempo. Que una gran parte del tiempo que ahora dedicamos a producir y consumir se convierta en tiempo para la vida. Esto referido al Norte, claro está. El Sur tiene pendientes muchas cuestiones de desarrollo y allí es necesario acertar con modelos que generen calidad de vida sin destruir el medio ambiente y las culturas autóctonas. Todo un reto sobre el que ahora no puedo extenderme pero al que he dedicado un libro y varios artículos.

En cuanto a alternativas, la gran alternativa es volver a pensar y volver a pensarnos. Repensar el mundo que queremos dejar a nuestros hijos y repensar nuestro concepto de calidad de vida, de felicidad. Hay que recuperar la palabra felicidad como un derecho de todos los seres humanos, un derecho al que se llega por muy diferentes caminos, pero siempre con autonomía, libertad personal y política, y criterio para elegir qué es lo verdaderamente importante, dando su lugar a la naturaleza, la gran maestra, y aprendiendo de ella. Eso que se ha llamado “biomímesis” en el lenguaje ambientalista y que los políticos, salvo honrosas excepciones, desconocen.

María Novo

– ¿Qué conclusiones podemos sacar para afrontar el futuro más próximo?

Creo que podemos y debemos reinventar nuestras formas de vida, individual y colectivamente. Hacerlo pensando en la dignidad de las personas, en el derecho a ser felices, pero también en los límites de la naturaleza y en criterios de sostenibilidad. Eso implica, por de pronto, operar con enfoques que nos aparten de la tiranía del mercado. Reinventarnos desde lo pequeño, lo descentralizado…, desde la cooperación y no desde la competitividad. Para este cambio de rumbo necesitamos dos cosas cuando menos: tiempo e imaginación. El tiempo nos lo tienen robado la mayoría de las veces, así que es esencial rescatarlo, reapropiarse del tiempo que a cada uno le pertenece como un tesoro. En cuanto a la imaginación, creo que sin ella nunca podremos vislumbrar unas formas distintas de estar en el mundo, no sólo como productores y consumidores sino, esencialmente, como partícipes, como seres que sueñan, se enamoran, disfrutan, juegan… y enseñan a sus hijos que la felicidad está en el abrazo que nos damos cada día con los otros y con la vida.

Dicho esto, quiero resaltar que, para caminar en esta dirección, es fundamental la conciencia. Una conciencia que incluya al planeta en sus criterios y que incluya al otro como partícipe del misterio de la vida. También una ciencia con conciencia y con consciencia. Ese es un camino que debemos recorrer en paralelo, individual y colectivamente.

Actualización 12/12: Quien tenga interés en profundizar en estas ideas puede echar un vistazo al libro que María Novo escribió recientemente titulado “Despacio, despacio” (20 razones para ir más lentos por la vida)”.

Dos amigos de Groenlinks (Los Verdes de Holanda) explican su descenso electoral

Jos van Dijk e Inti Suárez son compañeros de Los Verdes de Holanda (allí el partido se llama Groenlinks, Izquierda Verde). Les conocí hace años en las reuniones del Partido Verde Europeo, Jos es fan del conocimiento abierto y trabajamos juntos en la resolución del Partido Verde Europeo sobre Derechos Digitales. Inti es un holandés venezolano de Buenos Aires, un auténtico transfronterizo, y especialista en biología y migraciones.

El 12 de septiembre fueron las elecciones generales en Países Bajos y Groenlinks, que partía con 10 escaños, bajó hasta 4. Les escribí para preguntarles cómo lo veían, y si había alguna idea o enseñanza que pudiéramos sacar para Equo. Esto es lo que hablamos:

Voto estratégico: si la gente piensa que no eres relevante, no te votan

Jos: Ha sido dramático. Nuestros ex-votantes han votado a los socialdemócratas (PvdA, 24’8%) y a los socialistas (SP, 9’7%). Es el “voto estratégico”: si no quieres a los neoliberales en el gobierno votas por el oponente más fuerte, y Los Verdes no estábamos en esa posición. Los últimos días de campaña fueron: ¿no quieres repetir gobierno? Vota socialdemócrata. ¿No quieres peligrosos izquierdistas? Vota centroderecha. Pese a todo, lo más probable a la vista de los resultados es una coalición de socialdemócratas y neoliberales. Ese voto estratégico no ha servido para nada.

Rafa: El voto estratégico es similar al voto “útil” en España. Pero, ¿cómo luchar contra él?

Inti: Para evitar los efectos del voto estratégico los pequeños partidos tienen que trabajar en su imagen. En el momento en que la gente piensa que no eres relevante, no te votan, es así de simple. En Holanda sacamos más votos cuando la gente cree que vamos a marcar una diferencia, nuestro resultado más alto fue cuando existía la posibilidad real de que participásemos en el Gobierno. Ustedes en España, ¿cómo pueden ser relevantes en la batalla entre PP y PSOE? Creo que tendrían que intercambiar estrategias con los ingleses, no creo que haya otros países europeos con un bipartidismo tan marcado.

Jos: Creo que es mejor mantenerte en tu línea, explicar por qué necesitamos un cambio fundamental hacia lo verde. ¿Qué futuro quieres para tus hijos y nietos? Creo que una llamada al voto responsable tiene más impacto que jugar con los electores.

Jos Van Dijk

Wilders: todos contra la ultra-derecha holandesa

Geert Wilders es el líder del partido anti-islam, euroescéptico, populista, de la derecha tirando a radical. En las elecciones anteriores obtuvo el 15% de los votos y fue el principal apoyo del gobierno de centro-derecha. Su partido no gestionó ministerios, pero dado que el gobierno estaba en minoría, su influencia se multiplicó, pues era quien permitía que el gobierno se mantuviese. De hecho cuando retiró su apoyo, todos los otros partidos debieron formar la “Spring Coalition” para sostener al gobierno, y sacar a Wilders del poder.

Jos: En Groenlinks aún estamos divididos con respecto a nuestra participación en la “Spring Coalition” que sirvió para aprobar los presupuestos de 2013 y salvar el gobierno. Gracias a la participación de Groenlinks se evitaron algunas medidas de austeridad, sin embargo tuvimos que pactar otras no deseables como aumentos en los precios del transporte.

Inti: Quizá desde España Wilders no parezca un tema tan grave como lo es para nosotros. Después de todo, gran parte de las cosas que dicen en el PP son parecidas a lo que dice él. Pero para nosotros es muy extremo.

Rafa: ¿Fue entonces un error esa coalición? Si volviese a darse esa situación… ¿lo haríais de nuevo?

Inti: Esa coalición tenía que hacerse, para echar a Wilders. En aquel momento tuvimos mucho apoyo, si las elecciones hubieran sido entonces hubiéramos mejorado nuestros resultados. Pero los tiempos lo son todo en política. Los electores acabaron viendo que podían votar a partidos centristas si se ponían de acuerdo… así que no nos votaron a nosotros. ¿Lo haríamos de nuevo? Depende. Fue lo correcto en su momento. Y a la vez, nos hundió.

Jos: A mi, en abril me parecía que era la opción correcta, porque derrotábamos a Wilders. Pero con la condición de que hubiera un seguimiento sin los neoliberales después de las elecciones para retirar las peores medidas. Con lo que se ahora, soy más pesimista. Hemos rescatado a los neoliberales, su reputación no quedó dañada para la campaña electoral. No creo que debiéramos hacerlo de nuevo.

Inti Suárez

Perfil verde

Rafa: Todos los partidos verdes en Europa tienen problemas para poner los temas verdes en el centro del debate político. ¿Lo habéis logrado vosotros?

Jos: Para poner los temas verdes en la agenda necesitas un “largo aliento”, como decimos aquí. Groenlinks no tiene la misma reputación que tienen por ejemplo ECOLO (Los Verdes belgas francófonos). Ellos invierten un montón en investigación, educación, campañas sobre temas verdes en colaboración con ONGs… En Groenlinks podemos hacer cursos sobre debate y comunicación, pero no sobre temas verdes. Mira el programa de la Fundación de ECOLO (Etopia), estoy realmente celoso de lo que ofrecen. Los Verdes deberíamos de poder presentarnos ante los medios de comunicación como expertos, dignos de confianza. Siendo así, cuando ocurra algo nos escucharán. Así construyes una buena reputación, suficiente para no temer al voto estratégico.

Inti: Los Verdes gustamos por nuestra coherencia. Tenemos problemas cuando el electorado piensa que nos comportamos como los partidos tradicionales, escogiendo cuando decir qué cosas. El problema es que todavía hay gente que piensa que el ecologismo es un lujo, en gran parte por nuestra incapacidad para relacionar lo verde y la izquierda. Por ejemplo con la pobreza: con pobreza no es posible lo verde, y con lo verde, luchamos contra la pobreza. Este simple mensaje no hemos sido capaces de transmitirlo, y por eso la gente probablemente no nos vote en tiempos de crisis.

Lecciones aprendidas

Inti hace un repaso en su blog de las tres causas principales por las que considera que Groenlinks perdieron apoyo:

– No es que seamos ecologistas coñazo: es que somos unos yuppies arrogantes. Es una crítica común: hablamos de la pobreza pero no somos pobres. Hablamos del medio ambiente pero contaminamos como los demás. Pensamos que el mundo no se puede mover sin nosotros y nos elegirá para gobernar, pero estas elecciones nos muestran que no es así. Debemos aprender a exponer nuestras ideas con más humildad.

– Hay una gran separación entre nuestros líderes y nuestras bases. En varias ocasiones nuestros órganos de gobierno adoptaron posiciones que eran las de una minoría frente a la clara opinión de la mayoría. Esto puede ocurrir en alguna ocasión puntual, pero desmotiva mucho a los integrantes, que se plantean, ¿para qué voy a hacer una campaña para gente que ni siquiera me escucha?

– Nos peleamos internamente como en cualquier otro partido, pero no dejamos que “gane” nadie, no cerramos nuestras diferencias públicamente. Por eso nos quedamos con el sambenito de tener un conflicto interno perenne.

Ahora en Groenlinks…

Tras las elecciones, Jolande Sap y el ejecutivo de Groenlinks dimitieron. El grupo parlamentario eligió a Bram van Ojik, es visto como alguien capaz para reunificar a las bases con los cargos electos. La confianza en el futuro pasa por la fuerte base local que tienen.

¿Qué podemos aprender de estas experiencias ajenas, para sacar ideas a aplicar nosotras aquí?

 

¿Qué relación hemos de tener Equo con los sindicatos?

Se aproximan nuevas convocatorias de Huelga General por parte de sindicatos mayoritarios y minoritarios, y parece que no van a ir de la mano. Esto ha relanzado un debate en la Mesa Federal de Equo: la relación con los sindicatos y sus convocatorias, que tiene muchos ángulos e interpretaciones, a veces complementarios, a veces encontrados. Un tema recurrente, que volverá con cada convocatoria. Dentro de Equo hay gente que milita en diferentes sindicatos, y que tienen interés porque su labor sindical y política vayan, en lo posible, por caminos compatibles.

Me parece importante avanzar en esta discusión y encontrar puntos que nos permitan tener una postura lo más común posible que podamos usar de forma estable y coherente. Reflejo aquí algunas de las cuestiones que han ido saliendo en la discusión, sin citar procedencia:

¿Debemos tener la misma relación con los sindicatos mayoritarios y con los minoritarios?

Hasta donde conozco, en Equo hay militantes de CCOO, de CGT, y de otros sindicatos sectoriales y territoriales. Los sindicatos ya tienen una dinámica particular entre ellos: los grandes suelen ningunear a los pequeños (de hecho una convocatoria para que se llame “unitaria” basta con que incluya a los grandes para serlo); los pequeños suelen ser reacios a participar en las convocatorias de los grandes, buscando días distintos o manifestaciones con recorridos diferentes. ¿Podemos encontrar una postura que nos mantenga fuera del juego interno de los sindicatos?

Yendo a lo práctico, a finales de mes hay una convocatoria de huelga general por parte de la CGT. Hace poco apoyamos la del 29 de marzo, convocada tanto por mayoritarios como por minoritarios, ¿deberíamos apoyar ésta también?

En la discusión hasta ahora ha habido dos posturas:

– Apoyar sólo las convocatorias que tengan una garantía de éxito. Esto implica que una convocatoria de un sindicato en solitario, sea minoritario o mayoritario, no la apoyaríamos. En cambio cuando al menos los dos mayoritarios las hagan conjuntamente, sí. Así se concentran las fuerzas en convocatorias más amplias.

– Apoyar todas las convocatorias que haya. En la práctica esto significa que cada persona secundará la convocatoria que quiera, representando a Equo allí.

¿Cómo colaborar con los sindicatos?

El ejemplo más reciente que hemos tenido ha sido la petición conjunta de Equo, CCOO y UGT de un referéndum sobre el rescate. Ambos sindicatos salieron en prensa para sumarse a la petición. Aunque hoy en día, si no me equivoco, la única organización que está en la calle recogiendo firmas para el mismo es Equo.

Por otra parte, ¿quien es nuestro interlocutor ideal, la organización o sus bases? Tradicionalmente se habla “de organización a organización”. Si buscamos una nueva forma de hacer las cosas, que dé protagonismo a las personas antes que a las organizaciones, ¿podríamos tener una interlocución “de militantes a militantes”? ¿Incluso ante sindicatos cuya estructura poco horizontal está muy arraigada, y nos arriesguemos a que nadie nos escuche?

Otra idea del debate actual es la posibilidad de abrir las propuestas de carácter sindical a toda la sociedad civil: que todo aquel que quiera opinar sobre la conveniencia o no de convocar una huelga general lo pueda hacer, en un plano de colaboración de las organizaciones sindicales con el resto de la sociedad civil. A mi juicio el camino más interesante es éste.

¿Son los sindicatos organizaciones monolíticas?

Pondré el ejemplo de Comisiones Obreras, comentado en los pasillos de la pasada UniVerde. Hay bastantes afiliados de CCOO en Equo, y una de las herramientas que más valoran es ISTAS, el Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud. Cuando abres la web de ISTAS ves a gente yendo a trabajar en bicicleta, peticiones de reducción de emisiones, y una preocupación por el medio ambiente en relación con la salud y con el trabajo de forma transversal, un enfoque que en definitiva me parece muy cercano a las posturas de Equo.

Dentro de la misma organización, si escuchamos a gente más vinculada a sectores industriales, o al carbón, es común oir defender argumentos productivistas, que ponen al trabajo por encima de la salud, por encima del medio ambiente, por encima de todo lo demás. Dentro de la misma organización conviven dos formas muy diferentes (ambas denominadas “de izquierdas”) de entender la relación entre trabajo y medio ambiente. Será más fácil colaborar con unas partes que con otras dentro del mismo sindicato.

¿Qué opinan nuestras sindicalistas?

En Equo tenemos gente en varios sindicatos, con visiones diferentes sobre el día a día sindical, las relaciones inter-sindicales, y la política laboral. ¿Qué opinarían de crear un grupo transversal, en la que se comuniquen y discutan sus roles en sus respectivos sindicatos? Creo que esto nos ayudaría a encontrar argumentos de largo recorrido, que nos sirvan como criterios para posicionarnos frente a todas las convocatorias que vengan.

Son muchas preguntas y con amplias interpretaciones posibles. Y tú, ¿cómo lo ves?