Madrid es un sitio especial para Equo. Aproximadamente una tercera parte de los socios residen allí, y la sede de la calle Jiloca es el centro neurálgico y base de operaciones, que ha vivido los altibajos de la campaña electoral y sus resultados. Por razones demográficas, el primer escaño de un partido verde obtenido por méritos propios se sacará probablemente en esa provincia.
7 candidatos a la Comisión Gestora viven en Madrid. Tienen la posibilidad de darse a conocer a más gente y debatir entre ellos. Esto nos sitúa en desventaja relativa a los que somos “de provincias”, al ser más desconocidos, y más aún en el caso de vivir fuera de la península, desde donde es más caro y laborioso darse a conocer en persona. Pero para quien vive en la capital, creo que es mejor aprovechar las oportunidades de conocer a los candidatos, porque eso es mejor que no conocerles. Nunca vamos a estar todos en las mismas condiciones, e igualar las oportunidades a la baja significa que el votante tenga menos información. Los que estamos fuera tendremos que compensarlo en la red (incluso en los accesos a este blog hay mayoría madrileña: el 26% de los lectores accedéis desde allí).
En los bajos del bar AbonaVida me hicieron una pregunta principal en los debates recientes en la Equomunidad. Fue Verónica Juzgado, actual miembro de la Comisión Gestora: “Combinar lo presencial y lo virtual está muy bien sobre el papel, pero ¿cómo se pone en práctica? ” Y es que no podemos estar todo el rato pendientes de la Equomunidad a ver si hay algo para votar, y debemos de ser capaces de poder apagar el ordenador e irnos el fin de semana con las garantías de que a la vuelta podremos recuperar el ritmo. En ocasiones llegamos a una situación de incompatibilidad entre la vida personal y la vida política, algo que es incoherente con las propuestas de conciliación que defendemos.
Aproveché la pregunta para aclarar algunas ideas que habían ido surgiendo dispersas en las últimas semanas. ¿Cómo implementar esa dualidad virtual/presencial? Propuse cuatro puntos:
- Definir el tipo de decisión que se va a tomar, si son de largo alcance, de medio, o de corto plazo. Son muy distintos los tratamientos de un manifiesto fundacional de grandes ideas, que se hace una vez cada varios años, de una ponencia para un Congreso, que se hace pongamos que una vez al año, y de una nota de prensa, que se construye en el día a día.
- Definir un calendario para cada tipo de decisión. En el calendario tiene que haber al menos tres tiempos: un tiempo para recibir y procesar información externa, un tiempo para el debate, y un tiempo para la toma de decisiones y votaciones si hubiera lugar.
- Explicitar qué estructuras participarían en cada decisión. En los documentos a largo plazo entrarían principalmente la Asamblea General, posibles comisiones que se repartieran el trabajo de elaboración, y las asambleas territoriales contribuyendo al texto. En las ponencias temáticas anuales los principales actores deberían de ser los grupos de trabajo, desarrollando el grueso del mismo en red y en la red, y organizando talleres presenciales para profundizar ideas y poner en contacto a la gente, contando también con el input que quienes no usen Internet aporten a través de las asambleas provinciales. La dinámica de la elaboración de notas de prensa sería campo para lo virtual, realizándose online entre el grupo de personas encargadas de seguir y responder a la actualidad.
- Definir qué herramientas se van a utilizar para el debate: talleres presenciales con invitados relevantes, wikis sobre los que consolidar documentos ya debatidos, un sistema de votación de enmiendas, y listas de correo. Cada una de ellas tiene sus ventajas, independientemente de si es online u offline, para contribuir al debate.
He puesto alguna de estas ideas, preliminares de un debate que tiene que desarrollarse en los próximos meses por la Equomunidad, en este gráfico de GoogleDocs, que es editable por si alguien quiere contribuir a mejorarlo: Línea temporal de integración entre trabajo virtual y presencial