Aterricé el viernes a las 9:00, escapando de los 11 grados bajo cero de Bruselas junto con los yayos flamencos que madrugaban para visitar la costa blanca. A la sala de juntas de la sede de la Universidad de Alicante, reservada gracias a la gestión de Luis Falcó, fueron llegando algunos de los actores relevantes de la situación valenciana y alicantina, y aunque fuimos pocos, fuimos variados.
Al principio el ambiente fue tenso, hubo reproches y malos modos. “Me has insultado”, “no sabes entender una ironía”, “tu has dicho tal cosa”, “yo no he dicho eso”, “habéis hecho un desembarco”, “por qué crees que tienes tu más derecho a votar que otros”… Debido a los enfados previos existentes, se estaban criticando a la vez muchos temas entrelazados. Esa discusión ocultaba los temas de discrepancia subyacentes. Logramos reconducir la situación, y exponer los problemas de fondo.
Como la ubicación ideológica de Equo. ¿Verde, verdi-roja, otra? Pasqual Mollà, miembro de Iniciativa del Poble Valencià, dió una visión crítica de lo “verde, verde”. Para él, Equo es un proyecto ecosocialista, similar a nivel estatal a Iniciativa en la Comunidad Valenciana. La postura de quienes han militado en partidos verdes es distinta: piensan que Iniciativa contempla la ecología como algo accesorio y no troncal.
Otro debate oculto: el modelo de partido. ¿Único en toda España, o diferentes según los territorios, y luego asociados a Equo? Mercedes Menor, concejala verde en Villena, defendió una única organización en todo el estado. Para Pasqual Mollà, en cambio, una referencia válida sería Iniciativa-Verds en Mallorca, donde no existe Equo como tal, sino que Iniciativa-Verds “es Equo”.
Había coincidencia en que dentro de Equo deberían de estar quienes hoy forman Iniciativa del Poble Valencia (IpV), Els Verds – Esquerra Ecologista (EV-EE), Los Verdes de Villena, y todas las otras personas sin militancia previa. Coincidían en que ese espacio político sería de nueva creación, y debería de ser Equo.
Para mí, Equo ha de ser una única organización con mucha autonomía territorial. Si se crean partidos territoriales, es para poder tener autonomía de decisión, por ejemplo para elegir candidatos o decidir sobre alianzas electorales. Si esa libertad ya viniese otorgada por el modelo de funcionamiento del partido, no sería necesario crear otro distinto.
Siguiente tema: la relación con el Bloc Nacionalista Valencià, socio principal de “Compromís”. Quienes forman ahora mismo parte de Compromís (IpV y EV-EE) quieren que Equo sea un socio estratégico de esta coalición. En cambio, quienes llegan a Equo desde otros partidos verdes, o como nuevo proyecto político, no lo ven así. Más aún, unos entienden que hay que realizar un esfuerzo de comunicación por vincular Equo a Compromís, y para otros precisamente esa asociación es causante de tensiones, pues lo ven al contrario. Patxi Esquembre, alcalde verde en Villena, suele decir “dejad que Equo sea Equo”, lo que quiere decir: construyamos primero Equo y nos ocuparemos, después, de si pactamos con Compromís o no.
¿Es posible que toda esta gente en el entorno de Equo trabaje junta en el mismo proyecto? Me atreví a plantear la creación de un grupo de trabajo temático sobre gestión de residuos, un tema que los verdes valencianos de diferentes partidos ya habían tratado conjuntamente en el pasado reciente. Todos los presentes estuvieron de acuerdo en que podría funcionar, integrando a quienes ya están trabajando ahora en este tema en Iniciativa, a quienes tienen experiencia en el mismo en los partidos verdes, y a todos aquellos interesados en colaborar, dentro de un grupo de trabajo territorial de Equo.
Hay preocupación por la gente que se está dando de baja del proyecto. Encontré en la reunión un posible argumento para ofrecer a quienes dan un paso atrás para que reconsideren su postura: de la mesa de coordinación provisional alicantina, 7 personas de 12 dimitieron por desacuerdos. En una mesa de 12, 7 hubiesen sido mayoría.
Me fui de Alicante con un moderado optimismo. La situación de conflicto existe y hay temas sin resolver (principalmente el voto de simpatizantes en las elecciones a la mesa). Sin embargo, creo que es un avance haber escuchado la voluntad de disolución de todos los partidos verdes existentes dentro de Equo, el ver que la apuesta por construir Equo es compartida (pese a las discrepancias sobre la relación con Compromís), y el sentir la voluntad de que sea la gente que forma Equo en Alicante la que decida su propio futuro. Atisbo un posible camino, basado en hacer crecer Equo Alicante a base de grupos temáticos, en unificar a todo el mundo bajo las mismas siglas, y en decidir entre todas aquellas personas que quieran estar en Equo, qué camino tomar. Todo esto con apoyo y mediación externa, para dar un marco de funcionamiento, y facilitar la toma de acuerdos entre las personas individuales integrantes de Equo.