El estilo de comunicación de EQUO en los últimos meses intenta ser muy cercano al lenguaje popular, tirando de memes, de vocabulario informal, y de imágenes llamativas. Este registro, alejado de la diplomacia habitual de las notas de prensa, consigue reacciones más polarizadas. Aparecen personas “muy fans”, y a la vez es muy sencillo pasarse de la raya y pisar callos a diestro y siniestro. Ayer la campaña de crowdfunding “Apadrina un friki” para pagar a un informático me los pisó a mi.
Dignificar la profesión informática
Soy informático, soy ingeniero técnico y soy friki. Soy una “persona informática experta”, como señala el email, aunque creo que no “practico desmesurada y obsesivamente mi afición”, como apunta la RAE. Sí que utilizo habitualmente el término friki cuando hablo con colegas, en especial cuando me quiero meter con ellos.
Pero no me gusta que fuera de mi círculo profesional se refieran a mí así, y menos aún en público, y menos todavía cuando se habla de capacidades profesionales. Cuando pongo en valor mis conocimientos soy un experto, un especialista, o si se quiere usar un término callejero, un “gurú“. Pero no un friki.
El problema de fondo es el insuficiente respeto y entendimiento de la profesión informática. Desde luego no es exclusivo de Equo, ni de España. En Bruselas si has estudiado Ciencias Políticas puedes llegar a Director General, pero si eres informático los jefes siempre serán otros.
La informática es fundamental en política
La informática puede ser vista como algo accesorio, que ayuda a que hagamos las mismas cosas de siempre de forma más eficiente. Sin embargo para mi es algo fundamental y estructural: ayuda a hacer cosas nuevas, de maneras nuevas. Las personas con conocimientos informáticos pueden ser frikis que le den a la web una “capa de chapa y pintura”, o pueden ser arquitectos de la información y estrategas de la sociedad-red. Pueden crear simples webs, o sistemas de democracia digital.
En Equo nos falta, en general, comprender el valor añadido diferencial que aporta la informática. Deberíamos de estar construyendo un sistema de democracia participativa, y sin embargo la mayor parte de las carencias que tenía la Equomunidad cuando se lanzó hace ya 4 años siguen ahí. Hacer bromas sobre la gente que allí se pierde puede parecer informal, pero lo que ya no hace tanta gracia es abrir la lista de últimos usuarios registrados y no ver más que zombies coruñeses.
Me molesta el uso del término friki. La parte positiva es que por fin tendremos una persona contratada para ocuparse de los temas informáticos. Que sea nuestro gurú.