Vandana Shiva es una relevante activista anti-globalización. Su objetivo actual es la liberación de las semillas del acoso de las patentes, y en esa filosofía combina la defensa de la naturaleza, la apreciación del rol de las mujeres como garantes del conocimiento local, y la batalla contra los transgénicos, desde una perspectiva pacifista. Una personalidad muy interesante que merece la pena conocer un poco mejor.
Shiva nació en la India, hace 60 años. Se licenció en Física, y continuó su formación académica estudiando la filosofía de la ciencia. Su doctorado versó sobre las implicaciones filosóficas de la mecánica cuántica.
Es una de las principales referencias en las teorías del desarrollo. Es muy crítica con las concepciones del desarrollo basadas en el mercado, en la sobre-explotación de recursos naturales, y que devalúan o marginan el conocimiento local. Su apuesta es por una economía orientada a la subsistencia, en la que no se extraiga de la Tierra más que lo necesario. Cree que el desarrollo debe ser un proceso basado en el conocimiento local sobre el medio.
Su trabajo se centra en la soberanía alimentaria. En su web presenta la campaña “Libertad para las semillas“, que persigue ponerlas a salvo de las patentes. El alcance cada vez mayor de la presunta “propiedad intelectual” está consiguiendo que los granjeros ya no puedan intercambiar semillas, ni almacenarlas de una cosecha para la siguiente. La diversidad de las variedades plantadas disminuye, aumentando los riesgos en caso de plagas. Los transgénicos, cuya implementación va de la mano del avance de la propiedad intelectual, son considerados como una amenaza para la soberanía local sobre las semillas.
Las mujeres juegan en este asunto un papel central. Para Shiva, las mujeres son más cercanas a un modelo de desarrollo apoyado en la comunidad, basado en los cultivos locales, diversos, y cuyo objetivo principal es la subsistencia. Los modelos “masculinos” estarían más enfocados en producir para exportar, aplicando más tecnología para explotar al máximo la Tierra. Shiva considera que las mujeres han sido tradicionalmente las guardianas del conocimiento local, incluyendo las recetas y las semillas. Defiende que en la India un sistema de producción agrícola basado en las mujeres sería altamente positivo. Para Shiva, la combinación entre feminismo y ecologismo es la ideología ideal para una sociedad que quiere perdurar en el tiempo.
Las principales críticas que recibe el trabajo de Vandana Shiva dicen que sus ideas son demasiado simples para abordar problemas de gran complejidad. Su visión de los roles masculino y femenino está, según los críticos, demasiado estereotipada. Otra de las dudas que generan las propuestas de Shiva sobre autonomía y conocimiento local es si serán suficientes para preservar la biodiversidad y garantizar alimentos para todos.
En mi opinión personal, Shiva es una referencia a tener muy en cuenta en el ecologismo político. Sus planteamientos pacifistas, de base, feministas, y ecologistas son muy cercanos, y tienen especial relevancia viniendo de una persona con alta formación académica y científica. Me parece muy atinada la identificación que hace de transgénicos con propiedad intelectual, y como contrapone ambos a la soberanía alimentaria. Echo de menos que en el discurso de EQUO incorporemos más a menudo esta dimensión de la propiedad intelectual, y siempre recuerdo el Manual de Agricultura Hacker del Partido Pirata. Por contra, no me siento especialmente atraído por la división entre hombres y mujeres, nosotros más alejados de la naturaleza, y ellas más cercanas. Siento que esa distinción puede ser para muchos injusta, y ahí sí coincido con los críticos: me parece una simplificación exagerada. Pero lo que no puedo negar es la cantidad de testosterona que ha habido y hay asociada a modelos de desarrollo basados en la explotación de los recursos por encima de las posibilidades de la Tierra.